viernes, 8 de junio de 2007

MENTIR PARA ATACAR

La Nación 8 Junio 07

Don Jacques Sagot escribe un artículo (La Nación 5-06-07) de ataques contra este servidor, construído sobre la fundación de todos los problemas éticos de la política: la mentira. Primero, me atribuye motivaciones para mis cuestionamientos el TLC que solo caben en su imaginación. Se trata del método característico de quién no tiene argumentos Desde hace veinte años he hecho propuestas sobre el desarrollo, que en algunos aspectos difieren de la empaquetadas recetas elaboradas fuera del país (PAEs, TLC), indiferentes a estudios sobre la realidad nacional, y promovidas con amenazas sobre supuestos castigos y no por medio del diálogo y el debate profundo.
Segundo, asegura que quiero desincentivar a la gente a que lea el TLC. Más aun, asegura que quiero prohibir leer y entender el TLC. Creo que son conocidos mis llamados permanentes a que se analice y mi molestia porque en la Asamblea Legislativa se ha querido impedir una discusión profunda. He reiterado mi deseo de debatirlo con el presidente de la República, tanto en campaña como ahora, revelando así la importancia que le atribuyo a su análisis riguroso. Más aun en el artículo de este periódico a que se refiere don Jacques (5-04-07) escribí que lo ideal era que todas las personas lo estudiaran.
Cuando la materia prima de lo que se escribe son las mentiras, lo demás no merece ninguna atención. Asi que don Jacques, lo dejo solo con sus chirridos sobre el teclado de su computadora, aunque admito que no lo haría con sus notas sobre el teclado del piano.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Don Ottón, ni le haga caso a ese viejo tan pesado. De por sí él vendió su dignidad a cambio de un puesto que le dio Arias...y de por sí nadie lo lee porque es un soberbio.

Anónimo dijo...

Si supiera Ud. don Ottón que a personajes tan inseguros y acomplejados que se refugian en ese halo de "cultura" lo que habría que hacer es ignorarlos...
no le llega Ud. pero no a los talones.

Siga adelante, sin mirar a esos pretenciosos.

Esos sí son los que envidian los goces de Europa y no valoran la belleza de esta tierra.

Unknown dijo...

Se llega uno a cansar de que las oportunidades de espacio mediático se hagan para atacar, y no para proponer.

Ojalá nunca le falten fuerzas para defenderse de tanta tontería.

Usted y cualquier otra figura publica están en la linea de fuego
Mi abuelo dice que en un pueblo de agachados, el que se atreve a alzar la frente, sabe que puede perder su cabeza.
Solo la integridad lo salva a uno de cualquier filo.

Conservese integro, y vamos pa 'lante

Ottón Solís dijo...

Florita y Alvaro: gracias.

Ottón Solís dijo...

Lucas: gracias

Anónimo dijo...

Don Ottón: ni hubiera desperdiciado tiempo en responderle a ese señor que escribe con tanto hígado y es tan irrespetuoso. Muchos costarricenses queremos escucharlo a Ud. No pierda pólvora en zopilotes.
Tampoco lea La Nación, cada día está más mala!

Anónimo dijo...

buen punto , Irene.
jajjaa

Anónimo dijo...

Lo cierto es que habian dos `voceros`oficiales en este gobierno, Camilo Rodriguez como gran comunicador e hijo que nunca tuvo Don Oscar Arias que perdio ya su potestad totalmente, primero por el literal `banazo`que se dio en Isla del Chira (jejeje), y segundo por el fantastico debate la semana pasada en canal 13, Alto Contraste, con su estimado persona, don otton. Referente al segundo `prodigee`, ese Jacques, ya se le ha dicho en muchas ocasiones...lo que Ud aqui igual manifiesta, QUE DESCANSE LA PLUMA!!!!!!! (y que toque piano pues, esta bien..)

Anónimo dijo...

Es super repoloncho ese mae Jacques Sagot...es como anticuado....todo él es un pasé..pasé...es como de antaño.

Alonso Víquez dijo...

Don Ottón, leí su artículo y el de Sagot y debo decirle que encontré cierta razón en las críticas de éste último. No se me malentienda, comprendo y apoyo los argumentos expuestos en su artículo original, publicado el jueves 5 de abril en La Nación, pero veo cómo un intelectual riguroso y fríamente lógico (insufriblemente pretencioso también) como es Sagot logró tergiversar sus palabras.

Ud comienza diciendo que "muchas personas, aceptándolo casi como pecado, confiesan que no lo han leído. [Al TLC]Lo ideal sería que lo estudiaran; sin embargo, existe evidencia paralela que puede permitirles formarse una opinión sobre el Tratado propuesto (...)" (El énfasis es mío). A pesar de esto, el resto del artículo trata sobre esta "evidencia paralela" y no sobre los argumentos principales en contra del Tratado.

Entiendo que volver a tratar estos argumentos sería reiterarse innecesariamente, pero medios como LA NACIÓN aprovechan cualquier oportunidad para descontextualizar las palabras de los opositores al Tratado. Si queda duda de esto debería notar que el subtítulo o cita textual que el periódico elige destacar es "No hace falta leer el TLC o Mi Lucha , de Hitler, para rechazar sus contenidos". Esta afirmación ud la hace con ciertos matices y el editor elige eliminarlos.

Por otra parte, sí hay premisas un tanto falaces de su parte(por ejemplo, los argumentos en contra de los que apoyan al Tratado) que Sagot aprovecha. Sé que su intención no era simplificar el asunto de tal manera; el TLC no es malo porque los que lo apoyan sean malos o los que se oponen sean buenos, es malo porque el país pierde en muchos aspectos, pero ud sabe que los grandes medios han aprovechado (y van a aprovechar) oportunidades así para buscar errores.

De cualquier forma, le sugiero el mayor cuidado y le deseo la mejor de las suertes. Estoy dispuesto a ayudarle con lo que sea,

Alonso Víquez, un servidor

Anónimo dijo...

Don Ottón:
Si evitara el tonito del profeta que ha tenido una revelación -que a nadie más se le han manifestado- de hechos apocalípticos, y asume el tono serio y sencillo que este tema amerita no suscitaría críticas como las de Sagot.
Comparto completamente el fondo de los argumentos esgrimidos por usted en torno al TLC. En cuanto a la forma, Sagot "puso el dedo en la llaga", es por eso que dolío. No obstante, siempre me ha parecido su retórica exagerada:
No necesitamos ni un Fujimori, ni un Nostradamus... Menos un Napoleón.
Necesitamos un líder que sea capaz de forjar una visión de futuro y motivarnos para unirnos en torno a ésa visión.
El que nos señale el rumbo que NO debemos seguir, no implica en lo absoluto que nos está clarificando el rumbo correcto: Nos queda debiendo.