jueves, 28 de febrero de 2008

lunes, 28 de enero de 2008

Verdad y Diálogo

No me dedico a clasificar personas de acuerdo con su maldad o bondad tal y como lo afirma el Presidente Arias en este periódico el 21 de enero. No obstante, sí detesto el cinismo y la corrupción que ha inundado una parte de las cúpulas de la política tradicional. El Presidente escogió durante 22 meses desconocer al PAC, irrespetando así la decisión de los y las costarricenses de darnos un importante papel en el devenir del país. Ahora ha cambiado de opinión y ello lo apreciamos, pero su intento de confundir a los lectores cambiando la historia no es de recibo.

Es necesario recordar que antes de la reunión que sostuvimos el pasado diciembre, la cual organizó el Presidente, nos habíamos reunido tres veces ninguna por iniciativa suya: la primera la promovió la OEA, la segunda Franklin Chang y la tercera la solicitó el PAC. En la reunión del 6 de abril del 2006 en la casa de la familia de Franklin Chang, de partida ofrecí nuestro apoyo incondicional a varias propuestas enfatizadas en la campaña presidencial por Óscar Arias, que nos parecían convenientes para Costa Rica. Ante esa actitud constructiva, el Dr. Chang propuso la firma de un documento con lo conversado y acordado ese día, así como reuniones quincenales. Todos estuvimos de acuerdo. Sin embargo, luego el Presidente cambió de opinión y dio al traste con esa ruta.

A pesar de ello traté de que la comunicación se mantuviera abierta por medio de cartas especificando propuestas, las cuales no fueron respondidas o sólo merecieron un acuse de recibo de parte de alguna asistente de la jefa de despacho del Presidente. En un caso ante una propuesta relacionada con el trámite del TLC (que de haberse considerado hubiese agilizado el trámite de la agenda de implementación) si recibí una respuesta del hermano del presidente pero concentrada en ataques y ofensas. Nada de eso me ha impedido expresar públicamente o por carta mi felicitación al Presidente, en siete ocasiones distintas cuando creí que sus iniciativas eran positivas para Costa Rica.

Hace escasos tres meses el Presidente le explicó a la periodista Marcela Angulo en Canal 6 las razones para su animosidad contra este servidor y por qué no había querido reunirse conmigo. Concretamente dijo que no podía invitar a su casa a almorzar a quien lo acusaba de corrupto. Así mismo, hace siete meses (DIARIO EXTRA, 23 de mayo) me pidió públicamente que no le enviara cartas pues ya se sabía que diferíamos. Además, permanentemente nos ataca, calificándonos directamente de ser pobres de espíritu, terroristas parlamentarios, antisistema, etc., acompañado por la prensa pro gobierno y campañas mediáticas millonarias y electoralistas.

Creo que el apoyo de un sector de la prensa a una sui géneris y antiinstitucional estrategia de negación del PAC, el contar con 38 diputados prácticamente de gobierno y la dificultad de negociar con un Partido como el nuestro, el cual no pide partidas específicas, favores, ni puestos y que jamás aceptaría ni 90 ni 1000 millones para votar en una determinada dirección, condicionó la actitud del gobierno hacia el PAC y hacia este servidor. Lo cierto, es que el estado de ánimo del Presidente frente a nosotros y sus criterios sobre la política, le han impedido desempeñarse como Presidente de la República ante el PAC.

Eso lo comprendemos a cabalidad. Pero que el Presidente, con los hechos arriba relatados, de repente se presente como el adalid del diálogo y la flexibilidad nos revela hasta donde hemos llegado. Sin embargo, lo más importante es que la ciudadanía puede estar absolutamente segura de que esas actitudes del Presidente tienen cero impacto en nuestra capacidad para apoyar lo que nos parezca bueno, como lo hemos demostrado una y otra vez en los siete años de existencia. Esta madura actitud, promovida de manera permanente en el PAC, es una de causas de nuestra fortaleza.

Las cartas las hemos puesto sobre la mesa reiteradamente, pero lo usual es que no tengamos respuesta. Por ejemplo, hace 16 meses enviamos una serie de propuestas fiscales. Aun no conocemos la opinión del gobierno sobre ellas. De igual manera, en mi carta del 19 de diciembre pasado expresé al Presidente que el artículo 208 bis del Reglamento Legislativo expresamente excluía su utilización para el rompimiento de monopolios estatales y que, por lo tanto, el gobierno estaba violentando el Estado de Derecho al utilizarlo para romper el monopolio de las telecomunicaciones. En su respuesta el presidente intenta confundir respondiéndome sobre otro tema.

La democracia funciona bien si se trabaja dentro del sistema de pesos y contrapesos, se respeta el Estado de Derecho y se cree en el pluralismo ideológico. Un Presidente que se victimiza cuando no se aprueban todas sus propuestas o que piensa que diálogo es sinónimo de concordar con él, en realidad refleja molestia no con la oposición si no con la democracia. Un Presidente dispuesto a utilizar mayorías para irrespetar el Reglamento Legislativo, no solo está agobiado por la lentitud de la Asamblea sino por el Estado de Derecho y la institucionalidad.

Es mal intencionada la distorsión con que el Presidente insinúa que yo solo quiero una reunión frente a los lentes de las cámaras. Lo que sostengo es que la mera existencia de la reunión, y por supuesto sus contenidos, deben ser públicos. En muchas ocasiones en reuniones secretas se ha pactado contra el país. Por ello, siempre lucharemos para que en la práctica los ojos y oídos de la ciudadanía estén en este tipo de reuniones.

Lamento que haya sido precisamente en los momentos en que yo inicio un período de cinco meses de vida académica en la Universidad de Florida en Gainesville, Estados Unidos, y después de 22 meses desde que se terminó la campaña política, cuando el Presidente haya decidido que es importante reunirse conmigo. Sin embargo, en los términos aquí expuestos, siempre estoy a disposición para que nos reunamos, aunque signifique viajar desde Gainesville antes de junio.

Publicado hoy en LA EXTRA